El verano ya está en marcha y los campamentos de todo el país empiezan a inscribir a los alumnos en programas de educación al aire libre y de verano. Muchos padres se debaten entre enviar a sus hijos a un campamento este año. Enviar a un niño a un campamento por primera vez puede ser una perspectiva intimidante. Para ayudarles a tomar una decisión informada, a continuación les presentamos cinco beneficios distintos que ofrecen los campamentos de educación al aire libre y de verano a los acampados:

1. Los campamentos ofrecen un entorno seguro en el que los alumnos pueden hacer ejercicio al aire libre.

En las últimas generaciones, se ha producido un fuerte descenso en la cantidad de tiempo que los niños pasan haciendo ejercicio al aire libre. Parte de esta razón se debe a que los padres quieren mantener a sus hijos seguros y no se sienten cómodos dejándoles salir solos al aire libre. Esta disminución también se debe a la pérdida constante de parques públicos donde los alumnos pueden jugar. Los campamentos resuelven este dilema proporcionando a los estudiantes un espacio seguro donde pueden hacer ejercicio y disfrutar de la naturaleza.

Durante sus años de formación, es importante que los estudiantes hagan ejercicio con regularidad y adquieran hábitos saludables. Esto les preparará para el éxito cuando sean adultos.

Asistir a campamentos de educación al aire libre o de verano ayuda a enseñar a los niños la importancia de mantenerse sanos y activos en un entorno divertido. Los monitores de los campamentos proporcionan apoyo a sus acampados, asegurándose de que estén seguros mientras disfrutan del aire libre. Con el creciente peligro de la obesidad infantil, los campamentos ofrecen un servicio inestimable, dando a los niños la oportunidad de hacer ejercicio al aire libre sin dejar de estar seguros.

2. Los campamentos ofrecen la oportunidad de aprender nuevas habilidades y participar en nuevas actividades.

Con los crecientes recortes presupuestarios, los colegios públicos tienen dificultades para ofrecer a sus alumnos actividades extraescolares. La educación al aire libre y los campamentos de verano ofrecen una solución a este problema.

Están especialmente equipados para realizar actividades que, de otro modo, los estudiantes nunca llegarían a experimentar.

Los campamentos ofrecen a los campistas la oportunidad de aprender nuevas habilidades como el tiro con arco, el piragüismo, la pesca, la escalada, la orientación y la equitación. Como los campamentos no dependen de la financiación gubernamental, pueden permitirse ofrecer programas académicos y deportivos a estudiantes de todas las edades y niveles de habilidad.

3. Los campamentos permiten a los estudiantes practicar valiosas habilidades de socialización.

Al igual que es importante que los niños estén físicamente sanos, también es importante que aprendan a relacionarse con los demás. Mientras están en el campamento, los niños tienen la oportunidad de relacionarse con estudiantes de diferentes orígenes. Pueden formar amistades que nunca tendrían la oportunidad de construir fuera del campamento. Los campistas pasan una cantidad considerable de tiempo interactuando directamente con sus compañeros, sin las presiones que se ejercen sobre ellos en el entorno del aula. Tanto la educación al aire libre como los campamentos de verano hacen hincapié en la importancia del trabajo en equipo. Durante las actividades del campamento, los alumnos pueden aprender los diferentes elementos del trabajo en equipo y sus aplicaciones al mundo exterior.

Los campamentos enseñan a los estudiantes a participar en la resolución constructiva de conflictos, lo que les preparará para la vida en el mundo profesional.

Además de trabajar en actividades guiadas de creación de equipos, los campistas también pueden participar en juegos libres en el campamento. El juego libre y sin restricciones les ayudará a aprender la creatividad y la resolución de problemas. También permite a los niños actuar como niños y disfrutar de la compañía de otros de su edad. En una época en la que a menudo se obliga a los niños a crecer demasiado rápido, el campamento les proporciona un espacio seguro en el que pueden entablar amistad con otros y expresarse sin ser juzgados.

4. Los campistas adquieren un nuevo aprecio por la naturaleza y sus beneficios.

Es difícil esperar que la gente valore el medio ambiente si nunca puede interactuar con él. Al asistir a un campamento, los niños pueden experimentar el aire libre de primera mano. Pueden hacer excursiones guiadas y aprender sobre su mundo. Muchos campamentos ofrecen lecciones de supervivencia al aire libre, ecología y estudios de la vida salvaje. Enseñan a los alumnos a utilizar los recursos que les proporciona la naturaleza. Los campistas aprenden a ser ciudadanos conscientes que respetan el medio ambiente.

Los estudios han demostrado que los niños que interactúan con la naturaleza son más sanos, más felices y más conscientes de su entorno.

Aprenden a prestar atención a todo lo que les rodea, apreciando la belleza de la naturaleza a un nuevo nivel. Esto fomenta tanto la creatividad como una mejor comprensión del funcionamiento del mundo. A través de la educación al aire libre, los alumnos aprenden más sobre la ciencia, la historia natural y, lo que es más importante, sobre ellos mismos.

5. Los campistas aprenden a ser autosuficientes.

Al pasar un tiempo fuera de casa, los campistas aprenden a funcionar por sí mismos sin tener que buscar constantemente la orientación de los demás. Se les enseña a resolver problemas utilizando sus fortalezas personales. La interacción con los demás y el aprendizaje de nuevas habilidades aumentan su confianza. Esto, a su vez, les prepara mejor para la vida adulta. Se vuelven más resistentes y son capaces de afrontar el estrés mejor que los estudiantes que no pasan tiempo fuera de casa.

Según el doctor Michael Ungar, "los campamentos de verano son lugares donde los niños obtienen las experiencias que necesitan para reforzar su gama de estrategias de afrontamiento".

Los campistas aprenden a cuidar de sí mismos y a manejar las emociones negativas, como el estrés o la nostalgia. Aprenden estrategias positivas de resolución de conflictos. Los monitores de los campamentos animan a los alumnos a desafiarse a sí mismos y a actuar con confianza. Al hacerlo, ayudan a los estudiantes a ser más independientes y seguros de sí mismos y, como resultado, a estar mejor equipados para la vida por su cuenta.

Ir a un campamento por primera vez puede ser intimidante. Sin embargo, la experiencia merece la pena. Los campamentos ofrecen a los estudiantes la oportunidad de disfrutar de la naturaleza, hacer ejercicio y aprender sobre sí mismos y sobre los demás en un entorno agradable y de apoyo. Enseñan a los niños a ser autosuficientes y les ayudan a prepararse para un futuro mejor.

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    1. Eliza Harding

      Es estupendo que hayas mencionado que asistir a campamentos de verano puede ayudar a enseñar a los niños a ser más activos en un entorno divertido y a conocer la importancia de mantenerse sanos. Mi colega me contó que está planeando enviar a su hijo a un campamento de verano el año que viene después de descubrir los beneficios de asistir a él. Espera encontrar un centro de campamentos de verano de buena reputación que pueda organizar este tipo de programa.